ahí sigue la puerta de Alcalá, viendo pasar el tiempo

andando se hace camino y nos descubre infinitas situaciones para dibujar, en un banco de una parada del bus mirando a la puerta de Alcalá que todavía continua en obras, porque necesitaba una limpieza de cara, yo de vez en cuando los autobuses con las caras de la gente mirándome, para descubrir que yo solo meneaba el lapicero sobre mi hoja de papel, eso si con mucho frenesí, para que no tuviera que esperar mucho mi amigo, menos mal que tiene paciencia y sabe como soy, ¡gracias!.